No eran ni las seis de la tarde del viernes 28 de mayo cuando Marta (@ratamala) anunciaba en Twitter que ya se estaba arreglando para el VI Tapas&Blogs. Aunque la cita era más de dos horas después, todos llevábamos buena parte del día preparándonos de alguna forma: siguiendo el hastag del encuentro #VITapasBlogs (que acabó siendo el quinto de España de la jornada), acabando nuestros quehaceres lo más rápido posible o poniendo a cada momento en Twitter lo poco que quedaba y las ganas que teníamos de que empezase. Por no hablar de Dani (@Pintxo) y Montse, Elvira y Cristina (@GuiaRepsol, @maldaz y @onlinetotal), las chicas de la Guía Repsol que llevaban preparando este genial evento muchos días antes del pasado viernes. Trabajaron mucho y muy duro. Y mereció la pena: todo salió redondo, a pedir de boca. Y los asistentes lo pasamos genial. Tanto que a muchos de nosotros nos dio la sensación de que el tiempo se nos había pasado volando mientras correteábamos para coger el bus de vuelta, rozando con la madrugada del sábado.

Pero volvamos al principio… Fuimos llegando a Coque, el genial restaurante de Mario Sandoval donde se celebró el encuentro, poco a poco. Montse, en la puerta, nos invitaba a bajar a la impresionante bodega del local mientras nos tendía una etiqueta para indicar nuestro nombre y nuestro blog. Algo útil, ya que había caras nuevas, como Esther (@Chocolatisimo), que nos trajo una muestra de su riquísima y sorprendente repostería creativa con el chocolate como base. Otras caras, sin embargo, ya nos sonaban, como Nacho (@chefnacho), Txaber (@elcocinerofiel), Jorge (@jorgeguitian) y Antonio (@antonello), miembros del jurado del concurso de fotografía que formó parte del evento, y Anna (@panepanna) y Rafa (@rafaprades), que vinieron a Madrid. Y eso que sólo estoy citando a algunos :D

Era la primera vez que Rafa se apuntaba a uno de nuestros encuentros. Y estuvo de enhorabuena durante toda la noche: fue el ganador en la categoría de Bodegones del concurso de fotografía con su instantánea ‘Con los cinco sentidos’. Belén Mendaña, con ‘La mano de Poseidón’, y Juan Ramón González, con ‘Patatas aliñadas’, fueron los ganadores en Enología y Recetas, respectivamente. Se les hizo entrega de sus premios con todo un photocall como telón de fondo, bajo la genial mirada de la cámara de Rosa (@rosaarda) y en el marco de la bodega que ocupa la planta baja de Coque, donde, además de los ganadores, se expusieron los trabajos finalistas y se proyectó un pase con todos los de los participantes. Todo eso, tras unas palabras de Cristina, Nacho,  Dani, Mario y Montse y un tremendo cóctel que se compuso de aperitivos como raviolis de salmón y pinchos de pulpo a la gallega.

Si nos quedamos contentos con el aperitivo, con la cena casi nos quedamos sin palabras… la culpa la tuvieron unos originales y muy sabrosos entrantes como los ñoquis líquidos de colmenillas, perretxicos, habitas y guisantes y el huevo poché con patata confitada, rabo de buey guisado y trufa de primavera de Mario. Eso sí, el jaleo -o una tremenda ovación- volvió en cuanto salió el cochinillo, muy tierno y jugoso. Y con la piel crujientita XD. Remató el banquete un divertido postre de hojaldre con frutos del bosque, helado de café y ¡petazetas! Mario, tras su labor tras los fogones, salió a saludar, a presentarnos a su equipo… y a presumir de él.

Pero ahí no acabó la noche. El conductor del autobús que nos tenía que llevar de vuelta a Madrid ya se impacientaba mientras aprovechábamos al máximo la oportunidad de visitar la cocina del restaurante y un precioso ‘invernadero’  donde Mario cultiva flores y otras materias primas de sus platos. Un rincón encantador, curioso y, si me permitís la cursilería, muy cuco. Todo bajo atentas y amables explicaciones.

Luego hubo copas, ya en Madrid, en La Colonial, uno de los sitios donde se celebró el I Tapas & Blogs hace nada menos que seis meses…

Muchas gracias a todos: a los que os habéis partido el lomo por hacer que todo salga perfecto, a los que habéis elegido entre 500 instantáneas, a los que disfrutásteis de una noche de fotografía y alta cocina, a los que habéis llenado Twitter y la blogosfera de ilusión por la gastronomía y a los que nos habéis transmitido vuestro cariño.

Nos vemos en la próxima ;)

Fotos | Rosa Ardá, Velocidad Cuchara

El VI Tapas&Blogs se celebrará por la noche… pero el sol no se habrá puesto para sus organizadores y participantes. Nos vamos de excursión a uno de los templos gastronómicos de Madrid que más alabanzas ha cosechado de comensales y críticos: el restaurante Coque, regentado por el chef-crack Mario Sandoval. El local cuenta con dos Soles, prestigiosos galardones concedidos por la Guía Repsol que premian la suculencia en los restaurantes.

No os vamos a contar mucho de Coque por ahora. Preferimos relatar con todo lujo de detalle cómo será nuestra experiencia durante y tras el evento. Pero sí os adelantamos que los expertos de la Guía Repsol que le concedieron los Soles valoran especialmente la capacidad de Sandoval de recoger los sabores más típicos de Madrid y de combinarlos con un toque moderno y actualizado.

Lo que sí nos ha llamado la atención en la preparación de la cita, que contará con la entrega de premios de un concurso fotográfico (magníficas instantáneas, por cierto) y que cuenta con la colaboración de Repsol, son los mecanismos que tiene la Guía para conceder estos distintivos. Por eso le hemos querido preguntar a Pilar Jiménez Suárez, gerente de Contenidos Temáticos y de la Guía en Repsol.

“La inclusión de un restaurante en la Guía Repsol pasa un proceso de selección riguroso”, cuenta. “Contamos con la colaboración de dos instituciones de enorme prestigio y autoridad en la materia; me refiero a la Academia Española de Gastronomía y a la Cofradía de la Buena Mesa. La relación se inició hace ya casi treinta años y ha sido siempre de confianza y respeto a la independencia en su labor”. Ambos organismos, y sus correspondientes delegaciones regionales, cuentan con unos 2.000 colaboradores. Todos ellos se encargan de visitar los restaurantes y de prestar especial atención a la calidad de la materia prima, su ejecución en los fogones, el uso de productos frescos de la zona, el servicio, la sala y la presentación, entre otros factores. Luego, todos los locales se evalúan, se seleccionan y se decide si se incluirán en la Guía y si se les otorgará uno, dos o tres Soles.

Este proceso se repite cada año, “garantizando una calidad excelente en la cocina y en el servicio”, explica Jiménez Suárez. Si un restaurante quiere conservar sus soles, tendrá que mantener “el nivel de calidad exigido”.

La gastronomía, imprescindible en nuestra cultura

La Guía Repsol, que ofrece información sobre callejeros, mapas, carreteras y rutas, entre otras cosas, presta mucha atención a la gastronomía. Y es que, según su gerente, “consideramos que el patrimonio culinario de nuestro país es una parte imprescindible de nuestra cultura“. Algo que ha cambiado mucho en los últimos años para Pilar Jiménez Suárez: “La cultura gastronómica de nuestro país ha cambiado radicalmente. En muy pocos años se ha empezado a hablar en todo el mundo de nuestra gastronomía, situándose delante, por ejemplo, de la francesa”.

Una evolución que no sólo se ha dado en los fogones, sino en las mentes… “Los expertos ven en nuestra cocina creatividad, capacidad de innovar, diversidad y fuerza”, prosigue la experta de Repsol. “Además, hay que añadir que el público identifica gastronomía con cultura. La cocina es parte de nuestro patrimonio”. Por eso la gastronomía es tan importante para para la Guía. “Si es imprescindible en nuestra cultura, ¿qué mejor que disfrutar de todo ese patrimonio que en nuestros momentos de ocio y viajes?”, dice Jiménez Suárez.

El protagonismo del buen comer en la Guía no queda sólo en palabras. Además de variada información sobre los restaurantes galardonados con los soles, ofrece guías de rutas gastronómicas para conocer alimentos con Denominación de Origen, casi 70 propuestas turísticas en torno a productos de calidad y el blog Cuchara de Palo, que repasa los temas más candentes del sector. Y participa en los eventos gastronómicos más importantes, que relata fielmente a través de imágenes en su página de Flickr y de su cuenta de Twitter (@GuiaRepsol).

En Tapas&Blogs no sabemos si hacemos grandes y espectaculares eventos. Pero sí que nos lo pasamos en grande, aprendemos muchísimo y comemos como reyes. Y ya no queda nada para que nos veamos este viernes.

Hasta entonces. Y mil gracias :D

En Tapas & Blogs nos hemos tomado unas raciones. Nos hemos ido de vinos. Y nos hemos sentado a cenar. Faltaba ponerse manos a la obra… y lo hicimos. Nuestro cuarto encuentro consistió en un divertido y completo taller de sushi que impartieron nuestras amigas de Gastromaniac. Su habilidad didáctica se ha hecho notar. Rosa Ardá, de Velocidad Cuchara, ya ha puesto en práctica lo que nos enseñó Rocío Persson, nuestra paciente profe. Y, a juzgar por las fotos, ha sacado una muy buena nota :).

La clase comenzó con una pequeña introducción acerca del origen del sushi (lo podéis leer en este previo) y con pequeños consejos de protocolo. Fue, sobre todo, muy práctico: ¿sabías que no pasa nada si comes sushi con las manos pero que es toda una ofensa para los japos si lo pinchas con el palilllo? ¿Y que los nipones alucinan cada vez que nos ven bañar un maki en salsa de soja? Sólo se debe dejar pasar por la frugal cantidad de salsa que habremos servido en nuestro platito. Después, Rocío siguió desmontando mitos acerca de la preparación de un buen arroz para sushi: tiene que ser especial -nada del SOS de toda la vida con la mitad de agua- y se debe preparar bajo unas condiciones muy estrictas.

La parte teórica, acompañada de un delicioso té verde, pasó rápido. Entre varios trucos muy útiles, como el de envolver el makisu (la miniesterilla en la que se enrollan en el arroz y el resto de ingredientes) con un film de plástico para que todo esté más limpio, pudimos comprobar que un buen arroz es clave para que el plato quede bien. Eso sí, tener un cuenco de agua con vinagre de arroz es imprescindible. Necesitábamos limpiar nuestras manos de granos de arroz cada dos por tres.

El caso es que la parte práctica, de lo amena que fue, también se nos hizo increíblemente corta. Con nuestras manos, y bajo la paciente asistencia de Rocío, preparamos distintos tipos de sushi con ingredientes tan variados como queso philadelphia, jamón serrano y lechuga. Y también pudimos ver cómo se prepara un temaki (esa especie de cucurucho).

… y llegó la hora del premio: degustar todo lo que habíamos preparado, que casi no cabía en la mesa. Acompañado, cómo no, de unas cervezas japonesas y chinas que había traído Alfonso. No sobró tanto como pensábamos al principio. Al fin y al cabo, para algo nos pasamos un buen rato con las manos en el sushi.

Escrito por Lúa Monasterio

Aunque ya sabía lo que había, esta bloguera (Lúa, @lua_m_m) se quedó alucinada cuando entró en Vino y Oliva, restaurante donde se celebró el III Tapas & Blogs el jueves 18. Junto a un larga mesa, había un montón de gente charlando, cada uno con su tarjeta identificativa con su nombre y su blog (gracias a Alfonso, @derechupete). Costaba saludar a todos sin correr el riesgo de que la cena empezara con retraso, cosa que acabó pasando. Es decir, el típico preámbulo a un evento en condiciones. Y eso que sólo es nuestro tercer encuentro :)

Cuando al fin nos sentamos a la mesa, tuvimos la ocasión de probar varios aceites. Había de arbequina, el preferido de todos, un extremeño muy sabroso e incluso una rareza de aguacate que sorprendió por su suntuosidad. Todo, bajo las explicaciones de Marcelo, el chef, que nos recordó que la verdadera experta en aceites del establecimiento es Concha, su mujer, a la que le fue imposible unirse a nosotros. Le siguieron, a modo de aperitivo, unos chips de hojas verdes crujientes.

Luego vinieron los cuatro platos: una delicia de verduras cocinadas con una temperaturas muy baja al wok, coronadas por un capuchón de setas confitadas con aceite de cornicabara; una tierna alcachofa con un huevo de codorniz pochado, acompañada de virutas de foie; una dorada con una intensa mahonesa de wasabi y gengibre y un carpaccio de canguro con parmesano y gelatinas de vino. Remató el menú una espuma de almendras con gelatina de vino dulce acompañada de un cava rosado. Fue el colofón a todo lo que había organizado Raquel, de Sinestesia Gastronómica.

También hubo tiempo para las dos sorpresas que nos habían preparadoRodrigo (@pormisfogones) y Dani (@pintxo): un Membrillo de Santa Teresa que, como dijo Marcelo, “es como el de cuando éramos pequeños” con queso de Arzúa-Ulloa. Como nos explicó Rodrigo, este queso, que es el realmente típico de Galicia (no el de tetilla) se suele tomar con galletas María. Pero todos pudimos comprobar que con un membrillo elaborado con tanto mimo como el de Santa Teresa, como bien nos contó Dani, también va a la perfección. Rocío, de la almazara Hechizo Andaluz, también nos explicó las características del aceite, elaborado con olivas de la variedad picual.

Terminamos con la gran foto de grupo que encabeza el resumen fotográfico que ha hecho Dani con fotos de Marta (@ratamala) y Rosa (@rosaarda). Y cuando quisimos mirar el reloj, las agujas rozaban la una de la madrugada. El tiempo pasó tan deprisa y hubo tantas cosas que probar que a muchos participantes, como es mi caso, no les dio tiempo a charlar un rato o a comentar la jugada con todo el mundo. Tampoco hay ningún problema. Seguro que las semanas pasan volando hasta nuestro IV Tapas & Blogs.

Escrito por Lúa Monasterio

No dio tiempo a tomar la primera cerveza que fuimos pidiendo cada uno al llegar. Tras diez exactos minutos de cortesía, el sumiller comenzó a explicar el primero de los vinos que íbamos a probar: Frontaura, del particular viñedo de Toro. Según nos explicó mientras cataba el caldo minuciosamente y nos invitaba a compartir nuestras impresiones, el cuerpo del vino casaba a la perfección con la primera tapa que nos sirvieron: milhojas de verduras, elaboradas con berenjena, calabaza, tomate y queso parmesano. “Éste no es un vino de Toro de los que se hacían hace 20 años, que olían a establo”, reflexionó el sumiller.

Era un poco difícil prestar atención al Frontaura durante mucho tiempo seguido: en la barra ya esperaba la segunda tapa, tosta de tortilla española con cebolla caramelizada. Poco cuajada, por cierto. La Cruzada decidió que debíamos acompañarla con un Pesquera de 2001, “del gran Alejandro Fernández, un Ribera contundente”, nos explicó el sumiller. También este vino fue catado con minuciosidad. Tuvimos, incluso, que dar cuatro traguitos pequeños para notar la madera y notamos cómo sus características iban cambiando a medida que el vino, que no había visto la luz en nueve años, pasaba tiempo en la copa.

La jornada terminó con renombre: un gran Remírez de Ganuza, Rioja de 2002, que acompañó a una hamburguesa de steak tartar. “Siempre se ha dicho que los Riberas son contundentes y los Riojas elegantes”, nos dijo el sumiller mientras se apresuraba catando este último vino. “Pero estáis viendo que esto no siempre tiene por qué ser así”.

Terminamos brindando por el cumpleaños de Rodrigo (@pormisfogones) con una copita de Amber Rouge. Y bromeamos intentando distinguir el oro entre las burbujas.

Mil gracias por venir… y por seguirnos.

El segundo encuentro de Tapas&Blogs se celebrará mañana. La cita es a las ocho de la tarde en La Cruzada. Ya no es la fecha vaga que barajábamos el 10 de diciembre en Taberna Maceira, donde los locos por la gastronomía que formamos este grupo parloteábamos sin parar sobre todo lo que vamos a hacer. Y donde, como dice Fiona, nos poníamos cara mientras sacábamos fotos de cestas de pan y del tremendo arroz caldoso que sirven en el local de cocina gallega.

La puesta de largo de esta aventura culinaria se ha cocinado con cariño. Lleva semanas macerando entre larguísimas cadenas de correos electrónicos y cuenta con nuevos ingredientes, tantos que las plazas para participar ya están agotadas. Pero lo mejor de la receta es, sin duda, el recipiente, La Cruzada.

Los responsables del establecimiento se ofrecieron a albergar uno de nuestros encuentros en cuanto nos anunciamos. Alfonso y Dani fueron a explorar territorios… y nos gustó por varias razones. Una de ellas es que se respira Historia, ya que el renovado local (compuesto de taberna y restaurante) fue abierto nada menos que en 1827. Y cuenta en su haber con anécdotas tan geniales como la que cuenta cómo Alfonso XII solía escaparse de incógnito del cercano palacio para tomar algo tranquilamente.

La Cruzada también nos gusta porque nos va a costar elegir las tres tapas que degustaremos cada uno entre la escueta pero suculenta carta, en la que figuran, entre otros platos, croquetas líquidas de buey de mar y tosta de tortilla española con cebolla caramelizada. Y porque estamos ansiosos de ver qué nos proponen para acompañarlas. Una de las joyas del local es su selección de vinos Los tres magníficos de La Cruzada, elaborada con cariño por Iván Vara, antiguo responsable de la bodega del Goizeko Wellington.

El apetito, y contaros hasta la última miga del encuentro, es lo único que nos queda. Esperamos que os guste